lunes, agosto 23, 2010

backwards


*Manual de uso: Cada '-' es un microcuento; fueron escritos a lo largo de un año, no todos tienen esta cronología, su humilde escritor les acaba de dar esta lógica, para su goce, nunca para su juicio.


-Hoy difícilmente logro recordar tu rostro. Si, una imágen descompuesta de ti. De mi.
-Tell me how do I do to forget the shape of your beautiful breasts?
-You were the arrow I was the bow. Together we were powerful. It was so brief. We were harmful together. Then you threw me away and I destroyed somebody else.
-Mostly I loved the way you blanked the stare.
-¡Y no abro más tus piernas, por temor a lastimarlas, pero sé que lo quieres!
-Mi mano izquierda jala la piel de tu espalda. La otra hace las veces de almohada. Jugamos hasta encontrar el ritmo perfecto.
-Dos de mis dedos se abren paso entre tus hermosos labios, sutiles caricias de la intimidad.
-Dos húmedos dedos juguetean en tu pubis. El ritmo de tus suspiros me dicen exactamente el sitio de tu placer.
-Vago por tu desnudo dorso, recorro tus senos hasta encontrar con mi oido, los latidos de tu corazón, ahí me quedo.
-Desde esta perspectiva, miro abiertas tus piernas, tu hermoso pubis y mis manos aprentando tus senos. No logro ver tu rostro.
-Tu eres el día y yo la noche. Nos encontramos en el atardecer. Juntamos nuestros soles.
-Con estos colmillos de coral, que se quitan para besarte y se ponen para morderte.
-¿Es amor u obsesión?, ¿Es deseo o sexo?
-Cadentes notas musicales, acompañan nuestro ritmo sexual.
-¡Por fin, se encontraron! Podrían haber pasado cien años; pero lo harían.
-No me interesan tus palabras, sólo tu sexo. No se nada de ti, pero me interesas.
-Tepoztlán: él pide una cerveza, la mira cómo se aleja entre la gente y los puestos de artesanías. Sin prisa; se reencontrarán.
-Sentados en la orilla de la playa él mira en su hermoso y desordenado cabello, cómo los granos de arena brillan en el sol.
-Iban tomados de la mano, con sus dedos entrelazados, no necesitaban hablarse. Entre los dedos se comunicaban.
-Mis labios sintieron su temperatura. Nunca se tocaron.
-Entre tu y yo existe un cristal tan fino, tan imperceptible, tan frágil. Cuidado de romperlo, habrá sangre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario