
Pasados los treinta años, la vida en general no se ve con los mismos ojos que en la década anterior, hoy por desgracia no logro ver la vida con esa esperanza, con esos aires de grandeza, con esa energía por querer hacer a este un mundo mejor.
Y lo mismo pasa con lo estético, no son los mismos ojos, los que ven al mundo cuando tienes veinte que cuando pasas de treinta, muchos son los factores; no es justo pensar en que el tiempo va amargando, más bien, con los años vienen las experiencias.
Esta placa fue tomada en la ciudad de Córdoba en España en el verano de 2003. Ella en ese momento, estoy seguro de que era la persona más feliz del mundo. ¿Me pregunto dónde estará ahora, siete años después? ¿Seguirá siendo la persona más feliz del mundo?
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